Panda y sus Vecinos de la Muerte Part. I

Los vecinos fueron creados con el propósito de cagarte la existencia.


Una noche como cualquiera decidí acostarme temprano, porque la verdad que estaba muy al pedo, sin puchos ni azúcar para hacerme un condenado café. Subo la escalera a los tropezones porque soy bastante pelotudo, me quito mi ropa, dejo caer mi ¿virginal? figura sobre mi cama y cierro los ojos para que mi cerebro asuma que quiero dormir y deje de inflarme la pija con imágenes eróticas. 

Serían las 3 de la madrugada aproximandamente cuando me dispuse a dormir, tenía un sueño que me desgarraba el alma de todas maneras. De repente, los gatos hambrientos de las bigotudas de mis vecinas empiezan a llorar, como todas las noches (y siempre a la misma hora, son re alarmas de Satanás). Puteo un poco y me dispongo a dormir, otra vez. A los 15 minutos el roñoso del edificio que a duras penas construyeron al lado de mi casa, pone "La Mancha de Rolando" a todos volúmen, lo cual hizo que me levantara de la cama, puteando como de costumbre. ¡¡LA RECONFORTANTE CONCHA DE TU ABUELA!! ¡¿Por qué tenés que escuchar tu pedorro rock nacional a las 3 de la mañana y encima un miércoles?! ¡¿Por qué tenés que ser tan quilombero en un barrio que está forrado en ancianos y gente jóven que se acuesta temprano?! ¡¿Quién pija inventó esta clase de vecinos?! 

Con toda la bronca, le grité que al menos cerrara la ventana de su mal diseñado departamento, pero evidentemente no me escuchó y tuve que cerrar MI ventana y fumarme todo el calor extremo que hacía hasta que finalmente pude conciliar el maldito sueño.

Anoche me lo crucé mientras iba campante al quiosco a comprarme una cerveza, y estaba tan de mal humor que con todo el coraje del mundo le dije:

-La próxima vez que me pongas tu música poronga a las 3 de la mañana cuando 

intento dormir, te prendo fuego el departamento.

-Nooooo, disculpá loco, no quiero problemas. Estaba medio pasado de rosca esa noche no me di cuenta *jeje*

-Y yo no quiero tener que incendiarte el edificio. Chau. 

Compré mi cerveza, llegué a mi casa y me sentí tan satisfecho con lo que le dije que se me fue el mal humor y por poco termino haciéndole el amor a mi gata. That's all.