martes, 30 de noviembre de 2010

The pussy of the lora.

¡Pero la concha de la lora! Las veces que he dicho que no iba a dejar de escribir terminé colgandome y dejando de escribir, estoy perdiendo el toque. 


Lo que pasa que twitter me tiene hipnotizado con su fidelidad y exuberante belleza #deliraba. Bueno sí, lo admito,  me parece que soy ¿un poco? adicto a twitter. Igual me chupa un huevo porque al menos es mejor que el conventillo de Facebook y la mugrosidad de mi Msn que ya no lo abro porque nadie me habla ni tengo ganas de hablar con mis pedorros contactos. 


En fin, lo que quería decir -por enésima vez- era que no los voy a defraudar(?) y seguiré escribiendo. No esas pelotudeces como las que escribía cuando estaba de novio o me gustaba alguien, eso es para los infradotados mentales. Y yo estoy en otra cosa ahora, no quiero saber nada de nada con ponerme de novio porque sinceramente no me interesa. Sí quisiera dejar de ser #GenteQueNoCoge (la concha de mi hermanito, si sigue gritando y haciendose el discapacitado mental le voy a romper una pierna con la palita de metal que hizo en el colegio)... ¿En qué estaba? Ah sí, lo que pasa que el calentamiento global afecta a la gran zona rural y no permite que los pavos lleguen sanos y fuertes a nuestros hornos en vísperas de navidad. OK, me parece que mandé cualquier verdura, pero yo sé que les cabe.


Nada, creo que es hora de retirarme porque no dormí un carajo por culpa de los mosquitos de mierda que no me dejaban de succionar la poca sangre que me queda, estoy comiendo sanguches de salchicha y estoy armando un plan macabro para deshacerme de mi hermanito de una vez por todas. Y recuerden, si tenés twitter, no podés tener una vida. No sean ambiciosos. That's all.

No hay comentarios:

Publicar un comentario