viernes, 26 de marzo de 2010

Una noche en el museo.

OK, maniana viene mi novio a casa. Acá las cosas ya estan un poquito calmas, aunque ustedes no entiendan nada de lo que estoy diciendo. Si estoy loco.
Bleh, vamos a ir al museo de Ciencias Naturales otra vez. Otra vez ver las mismas cosas, otra vez ver al viejito prehistorico durmiendo en la banca, otra vez sorprenderme por los colores fluo de los bichitos disecados, otra vez escuchar al pelotudo del guardia decirnos "no se puede entrar comiendo" y dejando entrever una patetica carita de feliz cumpleanios, otra vez escuchar a mi novio preguntarme "mira, ese sera de verdad?". Osea, no digo que todo eso no esté bueno, porque mi novio siempre me hace mear de la risa. PERO, lo que quiero es salir de la rutina, la rutina nunca es buena, mata el alma y la envenena..OK no, estoy delirando producto de no pajearme hace dias ni de haber comido nada en todo el dia(?)...a lo que voy es que quiero hacer algo distinto en el museo además que ver huesos fosiles y momias que tienen mejor pelo que el mio. Quiero agarrar de los pelos a mi novio y chaparmelo como nunca contra un rincon o en uno de los caparazones de los Gliptodontes(?) y bajarle el pantalon y chuparsela ¡Ay qué me pasa! me estoy transformando en un ninfómano, ¿o eso se aplica solo en las mujeres? Bueno la verdad nose, pero el museo despertó una nueva fantasía en mi, sino mi novio me va a tener que aguantar con cara de traste todo el recorrido hasta que "me atienda". That's all.

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